LA 'GRAN GUERRA' EN EL AIRE.
En 1914 la aviación acababa de nacer y casi nadie creía que pudiese tener una aplicación militar. Como muchos, algunos militares pensaban que podría servir para realizar misiones de reconocimiento o de ajuste del tiro de la artillería, como se estaba haciendo, tímidamente, con los globos aerostáticos. Pero cuatro años más tarde, la nueva arma había revolucionado el arte de la guerra.
Los progresos técnicos habían sido de tal magnitud, que había un acuerdo general en la importancia capital de la aviación en la guerra moderna. Conceptos que siguen teniendo una plena vigencia actualmente ya estaban perfectamente establecidos en 1918: «pelea de perros» o combate evolutivo, misiones de interceptación, bombardeo estratégico o apoyo táctico. Incluso el arma aeronaval había nacido, aunque aún con muchas limitaciones.
De la misma forma, surgieron los primeros ases, casi una necesidad en sociedades ávidas de héroes. Algunas de las tácticas y maniobras desarrolladas por ellos siguen siendo la base de las empleadas en el moderno combate aéreo, como los «dicta» de Boelcke.
Nunca en tan poco tiempo una nueva arma revolucionó tanto el arte de la guerra.